Debido a las malas condiciones de las casas sólo 80 de 130 familias afectadas viven en Nuevo Balsamar, señala el comisario Bulmaro Cayetano. No los quieren reconocer como ciudadanos ni el Ayuntamiento de Chichihualco de donde son originarios ni el de Eduardo Neri en donde están actualmente. Niños toman clases en una galera sin paredes y con techo de lámina
Por Zacarías Cervantes
Guerrero, 23 de abril (El Sur).-- Sin energía eléctrica, sin agua entubada, ni drenaje, además, con calles accidentadas y sin pavimentar, viven en Nuevo Balsamar, municipio de Zumpango (Guerrero) gobernado por Eduardo Neri, 80 familias de un total de 210 que resultaron damnificadas en el 2013, durante el huracán "Ingrid" y la tormenta tropical "Manuel".
Las familias fueron reubicadas de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo, (Chichihualco), a esta colonia construida por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y viven en casas que la mayoría de ellas en la temporada de lluvias se inundan por los escurrimientos debido al terreno irregular.
El asentamiento se encuentra a unos 20 minutos de Chilpancingo en la carretera Chilpancingo-Chichihualco.
El mayor problema es que las familias no son reconocidas por el Ayuntamiento de Eduardo Neri, ni tampoco de Leonardo Bravo de donde salieron. En estas circunstancias carecen de credencial de elector y de comprobantes de domicilio para realizar sus gestiones.
La directora encargada del jardín de niños Josefa Ortiz de Domínguez, Yesenia Díaz Flores, denunció que independientemente de que les están negando su derecho a una vivienda y a un lugar digno para vivir, les niegan el derecho elemental a tener una identidad, “porque no son de aquí ni son de allá, y nadie los quiere reconocer”.
Durante un recorrido, se observaron las calles intransitables y la única más o menos en buen estado es el acceso principal que acondicionaron los mismos vecinos porque los choferes de las pipas no querían entrar para venderles agua por tinacos.
La mayoría de las viviendas lucen abandonadas, sin mantenimiento, con vidrios rotos, paredes agujeradas y en su interior se observan rastros de inundaciones, “así nadie puede vivir aquí”, dijo una mujer quien mostró por donde bajan los escurrimientos de agua que se mete a las viviendas en la temporada de lluvias.
En otras, los cortes de tierra han ocasionado derrumbes y han sepultado parte del techo de las viviendas, debido a que la constructora que contrató Sedatu incumplió con la construcción de muros de contención para evitar los derrumbes.
El comisario municipal, Bulmaro Cayetano Mosso, informó que las 80 familias llegaron hace cinco años cuando les entregaron las llaves de sus casas sin ningún servicio pero les aseguraron que seguirían trabajando para terminar la obra y los servicios como la energía eléctrica, agua potable, drenaje; pero la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sólo colocó los postes y el cableado, sin embargo para hacer las conexiones a las casas les cobra 13 mil pesos por familia, “y a donde vamos a sacar ese dinero, si aquí no tenemos trabajo, apenas vamos sacando para comer”, dijo Cayetano Mosso.
En la zona donde están ubicadas las viviendas tampoco hay telefonía celular y los vecinos tienen que comprar tarjetas y buscar un lugar donde haya buena recepción.
Las familias tampoco cuentan con servicio médico y sin servicio eficiente de telefonía ni servicio de transporte, se les complica cuando alguien se les enferma.
El comisario municipal explicó que para salir del pueblo tienen que esperar el servicio de transporte de Chichihualco, El Palmar o Atlixtac, “y hay veces que nos tardamos de una a dos horas esperando porque ya pasan llenas las combis”.
Informó que el agua la compran a 130 pesos el tinaco de mil 100 litros y les alcanza para tres a cuatro días, según el número de personas por familia.
Explicó que cuando les entregaron las llaves les prometieron que iban a terminar de introducir todos los servicios: “Se las vamos a dejar con todo terminado”, les dijeron, pero ya nadie de la constructora volvió.
Otro problema es que las viviendas se las entregaron sin documentos y no tienen certeza jurídica con respecto al terreno.
Cayetano Mosso explicó que el resto de las 130 familias que resultaron damnificadas no quisieron venirse a vivir por la falta de servicios y las malas condiciones en que les entregaron sus viviendas.
Además, dijo que aquí la gente no cuenta con empleos ni tierras para trabajar, y algunos se dedican a la venta de productos, otros trabajan de albañiles o se alquilan de peones con quienes tienen tierras para sembrar en los pueblos vecinos. En tanto que las mujeres hacen y venden tortillas.
Y mientras la mayoría de las casas se encuentran vacías, por lo menos unas 30 familias del mismo Balsamar no fueron beneficiadas, denunciaron ayer un grupo de éstas, contaron que simplemente no fueron censadas y ahora viven hacinadas con algunos de sus familiares.
La directora encargada del Jardín de Niños Josefa Ortiz de Domínguez, Yessenia Díaz Flores, opinó que el problema es que el municipio no quiere reconocer a la comunidad; “Eduardo Neri no quiere hacerse responsable de las familias damnificadas porque tiene que destinar un presupuesto en una comunidad con habitantes que no son de su municipio y que no está reconocida”.
Explicó que los pobladores no cuentan con credencial de elector y en estas condiciones ni son de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo, ni de Nuevo Balsamar, de Eduardo Neri.
“Ese es el obstáculo que le ponen a los señores, como maestros hemos andado con ellos en sus gestiones y siempre nos dicen: es que necesitan su credencial para cualquier gestión, ¿pero quién se las da, si nadie los quiere reconocer?", insistió la directora del preescolar.
Asimismo, Díaz Flores reprochó que en el Ayuntamiento, la presidenta municipal (Sara Salinas Bravo, del PT) ni si quiera los quiere recibir.
Yessenia Díaz Flores dijo que aquí ya ni en las campañas les hacen caso porque no tienen credencial para votar “y así cómo van a solicitar algo si no les dan reconocimiento”, por ello exigió que la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda debiera comenzar por darles ese reconocimiento que piden.
“Ya perdieron sus casas y todo lo que tenían y todavía no los quieren reconocer como ciudadanos, que difícil de verdad es para ellos esta situación, ya están desesperados, cansados”, destacó.
La directora del Jardín de Niños informó que Sedatu que fue la responsable de que se construyeran las viviendas en este terreno irregular y sin identidad jurídica, les dice que está en proceso, “pero ya llevan 10 años construyendo las viviendas y metiendo los servicios y no pueden terminar”.
Contó que como maestros han estado apoyando a las familias en sus gestiones “y hemos tratado de ayudarles pero vemos que no se avanza y a ellos les urge que ya les reconozca y que les den solución a tantos años de sufrimiento y abandono”.
Informó que por las malas condiciones en que viven, en el jardín de niños llegan la mitad de los menores porque la otra mitad se enferma por falta de agua, drenaje, por las calles sin pavimentar y el polvo, pues muchos se enferman por las alergias.
El comisario municipal anunció que debido a que en el ámbito municipal y estatal les han cerrado las puertas para resolver su problema, el 26 de abril realizarán una marcha caravana a la Ciudad de México para exigirle al gobierno federal que les haga caso, “le vamos a decir que aquí la gente necesitamos los servicios, que ya tocamos todas las puertas, pero no vemos nada claro”.
NIÑOS DAMNIFICADOS DE CHICHIHUALCO TOMAN CLASES SIN PAREDES
En Nuevo Balsamar, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), a 20 minutos de Chilpancingo, 51 niños de la primaria Raúl Isidro Burgos reciben sus clases desde hace cinco años en una galera sin paredes, con horcones y techo de lámina galvanizada.
En tanto que los 41 alumnos de la telesecundaria Francisco González Bocanegra, de esta misma localidad, ocupan desde hace dos años dos cuartos de una casa en obra negra, que les prestaron. Antes, los estudiantes recibían sus clases a la intemperie o en galeras sin paredes.
Los directivos de estos planteles en esa comunidad, habitada por familias reubicadas de Balsamar, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), que resultaron damnificadas por las lluvias de la tormenta "Manuel" en 2013, denunciaron que el gobierno estatal dio marcha atrás a un acuerdo del año pasado, para la construcción de las escuelas durante este y el próximo año.
El director de la primaria, Miguel Ángel Barrera, informó que llevan cinco años trabajando en estas condiciones, a pesar de que desde 2021 cuentan con su clave, matrícula escolar y con los documentos de la donación del terreno para que se construyan las aulas.
Explicó que han sobrellevado el funcionamiento de las escuelas con las donaciones de algunas personalidades y cooperaciones de los padres de familia.
Las tres aulas de la primaria se encuentran sobre una plataforma de tierra, en la que los vecinos levantaron con horcones de madera una sola galera, sin paredes que dividan a los “salones”; el techo es de fajillas y lámina galvanizada.
La galera se encuentra en lo alto, a media falda de una loma, y al mediodía las violentas corrientes de aire arrastran gruesas nubes de polvo de las calles sin pavimentar, que pasan sobre cuadernos y libros de los alumnos, quienes, si bien cuentan son butacas, no tienen pizarrones ni otro tipo de mobiliario o material didáctico, con el que sus profesores se puedan apoyar para su enseñanza.
“Esto es un poco desesperante, ustedes ven las condiciones en que estamos trabajando. Ahorita es el polvo y el aire fuerte, y en la temporada de lluvias se nos presenta más fea la situación, por el agua que nos pega fuerte, por la falta de paredes y por el lodo por el que tenemos que pasar para llegar hasta aquí”, contó Miguel Ángel Barrera.
Se quejó que no han recibido el apoyo de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. “Nos hemos acercado al municipio, con la presidente municipal de Eduardo Neri, Sara Salinas Bravo (del PT), pero desafortunadamente no hemos tenido respuesta. Hemos ido al Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa (IGIFE), y a la misma Secretaría de Educación Guerrero (SEG) a entregar solicitudes para que nos construyan las aulas, y nos dicen sí, pero ya llevamos cinco años y no hay nada”.
El director de la primaria informó que en junio del año pasado se reunieron sus maestros, las del preescolar y de la telesecundaria, con André Gordillo Olivares, secretario técnico de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien se comprometió a que en 2022 se construirían las dos aulas de preescolar, en 2023 las tres de la primaria y en 2024 las tres de la telesecundaria.
Sin embargo, denunció que el año pasado sólo se construyó una de las dos de preescolar y en enero pasado les informaron “que siempre no” se van a construir este año las tres de la primaria, porque no se incluyeron en el presupuesto de este año.
El director Miguel Ángel Barrera hizo un llamado a las autoridades educativas, “para que nos den respuestas favorables. En este caso el IGIFE y el secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña”.
Aseguró que las autoridades saben en qué condiciones están trabajando.
Informó que el mismo Secretario Rodríguez Saldaña visitó en noviembre pasado esa escuela, “aquí lo tuvimos, vio como está nuestra escuela y dijo que este año nos la construirían, pero ahora resulta que siempre no”.
El maestro reconoció que sus gestiones se complican por la falta de reconocimiento de las autoridades a la comunidad, “con Leonardo Bravo (de donde vienen los desplazado) ya no se tiene ningún contacto y con Eduardo Neri (a donde pertenece ahora Nuevo Balsamar) hemos tenido acercamientos, pero no hay respuesta. Su argumento es que no es una localidad reconocida por el municipio, entonces, ellos dicen que no le pueden meter recursos a algo que no tiene certeza jurídica”.
Mientras tanto, añadió que la matrícula va en aumento, pues cuando llegaron eran 27 niños y en cinco años han aumentado a 51, “y va a seguir aumentando, pero mientras, las condiciones son desfavorables para nosotros. Trabajar en estas condiciones no se puede”, se quejó.
Por separado, los 41 alumnos de la telesecundaria Francisco González Bocanegra trabajan en tres reducidos cuartos de una casa particular, que se encuentra en obra negra.
El director Antonio Salazar informó que hace dos años les prestaron esta casa, construida de tabicones, sin revocar, y con techo de lámina galvanizada, construida en la parte alta de Nuevo Balsamar. Dijo que es la única casa que a simple vista se aprecia en mejores condiciones, en relación con el resto de las viviendas construidas por Sedatu para los damnificados de la tormenta Manuel.
Los alumnos de la telesecundaria no cuentan con butacas y tienen que improvisar sus asientos y soportes para sus cuadernos y libros, con cualquier objeto de madera o metálico.
Atienden el plantel tres maestros y el director, quienes no cuentan con pizarrones, escritorios, archiveros, ni lo esencial, como un televisor o señal de Internet.
Antonio Salazar informó que antes de que les prestaran la casa, los alumnos recibían sus clases a la intemperie o en galeras, como las que utiliza la primaria Raúl Isidro Burgos.
En tanto, los 21 niños del jardín de niños Josefa Ortiz de Domínguez se hacinan en la única aula que les construyó el IGIFE el año pasado.